HUMILDAD SIN LIMITES

domingo, 5 de abril de 2009

OPERACIÓN RETORNO (COLUMNA DE OPINIÓN)

(segunda parte de la entrada anterior)



Si vuelven tantos grupos, será porque funciona. Es posible también, que ya esté casi todo inventado y el público vaya a lo seguro, a lo que está comprobado que gusta, como si existiera una especie de label de calidad que acompaña a las bandas que ya forman parte de la historia.
El consumidor no quiere correr demasiados riesgos y, ante tanta oferta (más que nunca y más variada), vuelve la mirada atrás, a lo que considera más auténtico. Ese revival lo tenemos como ejemplo en la música clásica, y nadie tacha a Bethoveen de antiguo.

Con respecto a los motivos de la presencia en los escenarios de todas estas bandas legendarias, soy de los que piensa, como muchos otros que han tocado en directo, que no hay carga de adrenalina que iguale a la experimentada cuando vas a tocar y compruebas, no solo que ha acudido gente y espera dispuesta a escuchar lo que haces, sino que después vibran con ello. En esos momentos es un privilegio sentir esas sensaciones que fluyen desde el auditorio hasta el escenario en lo que se convierte, como retrata muy bien la manida frase, en “la comunión con el público”. Como una especie de trance que, aunque suene algo fuerte, roza lo esotérico. El que mejor lo proyectaba era Jim Morrison con sus bailes de chamán extasiado. Es un efecto que conocen muy bien algunas sectas, y utilizan malsanamente para controlar a sus fieles. Es algo que “engancha”. Y creo que eso es lo que sucede en este fenómeno de los grupos eternos. Nada es comparable a tocar en directo. Y nada les hace sentirse tan revitalizados como volver a comprobar que son capaces de llevarse al público de calle 20 años después de su primer hit. Y si además les sacar unas perrillas, pues mejor que mejor ¿por qué no?
Por otro lado, si quinceañeros en masa siguen acudiendo a la llamada de los dinosaurios de la música, habrá que deducir que los movimientos socioculturales ya no son como antes un monopolio exclusivo de las generaciones más jóvenes.
Aunque siempre hay quien prefiere quedarse con la imagen de sus antiguos conciertos, quien tuvo...retuvo, no hay más que ver a The Who en directo en 2007 para comprobarlo. Básicamente vuelven o siguen porque nosotros queremos, pero como siempre, tú eliges disfrutarlos o no.

Y dejo una pregunta final:
Si en su día Elvis no hubiese muerto y lo hubiese dejado por propia iniciativa, ¿no es seguro que habría vuelto para quizá para seguir hasta el final?