Érase una vez un hombre muy malo muy malo muy malo, "malísimo de la muette".
Se llamaba Bin Ladino, y tramaba bajo su turbante malvados planes para raptar a las dos princesas.Dos hermanas gemelas que vivían en el castillo con su padre, Bushtasar, que soñaba con viajar en el tiempo para adelantarse a las maldades.
El siempre decía: "Hijas mías,no debemos conquistar a nadie, sino vivir en paz"
Pero Bin Ladino, que habia pedido la mano de ambas hermanas con resultados negativos, despechado, fue una noche, y plantó ni más ni menos que 11 catapultas, 11, de 9 metros delante del castillo. Él sólo destruyó las torres del castillo llevándose consigo a las gemelas silenciosamente sin que nadie pudiese hacer nada.
Desde entonces cuando alguien veía huyendo a Bin gritaban:
"¡¡¡ahí va el 11 ese!!!".
Aunque el rey Bushtasar no quería invadir ningún país vecino, se vió entonces obligado a perseguirle por todo el mundo en busca de sus dos hijas raptadas. De paso iba conquistando el mundo, y también hacía amigos, que le ayudaban a seguir su búsqueda con regalos como camellos, oro (en negro, sin declarar), y muchos otros obsequios que le hicieron muy rico.
Entonces al verle tan poderoso Bin Ladino le mandó un mensaje con una paloma mensajera que decía:
"Si no me das la mitad de tu fortuna mataré a tus dos hijas"
Pero Bushtasar le respondió:
"Ahí van dos cuchillos, uno para matar a mis hijas, y otro para tí,
ahora que soy rico ya no me hace falta casarlas con ningún rey"
Ésta respuesta volvió loco a Bin, que se vió obligado a vagar errático con las dos princesas por el resto de sus días, que por cierto eran bastante callos y hasta tenían bigote. Bin Ladino tuvo que aguantarlas toda su vida como penitencia a sus pecados.
Y el rey vivió feliz por siempre, y hasta dicen que acabó casandose de nuevo con una cubana.
colorín colorado, éste cuento aún no se ha acabado
Niños, no tiréis piedras, o acabaréis como Bin Ladino.
Se llamaba Bin Ladino, y tramaba bajo su turbante malvados planes para raptar a las dos princesas.Dos hermanas gemelas que vivían en el castillo con su padre, Bushtasar, que soñaba con viajar en el tiempo para adelantarse a las maldades.
El siempre decía: "Hijas mías,no debemos conquistar a nadie, sino vivir en paz"
Pero Bin Ladino, que habia pedido la mano de ambas hermanas con resultados negativos, despechado, fue una noche, y plantó ni más ni menos que 11 catapultas, 11, de 9 metros delante del castillo. Él sólo destruyó las torres del castillo llevándose consigo a las gemelas silenciosamente sin que nadie pudiese hacer nada.
Desde entonces cuando alguien veía huyendo a Bin gritaban:
"¡¡¡ahí va el 11 ese!!!".
Aunque el rey Bushtasar no quería invadir ningún país vecino, se vió entonces obligado a perseguirle por todo el mundo en busca de sus dos hijas raptadas. De paso iba conquistando el mundo, y también hacía amigos, que le ayudaban a seguir su búsqueda con regalos como camellos, oro (en negro, sin declarar), y muchos otros obsequios que le hicieron muy rico.
Entonces al verle tan poderoso Bin Ladino le mandó un mensaje con una paloma mensajera que decía:
"Si no me das la mitad de tu fortuna mataré a tus dos hijas"
Pero Bushtasar le respondió:
"Ahí van dos cuchillos, uno para matar a mis hijas, y otro para tí,
ahora que soy rico ya no me hace falta casarlas con ningún rey"
Ésta respuesta volvió loco a Bin, que se vió obligado a vagar errático con las dos princesas por el resto de sus días, que por cierto eran bastante callos y hasta tenían bigote. Bin Ladino tuvo que aguantarlas toda su vida como penitencia a sus pecados.
Y el rey vivió feliz por siempre, y hasta dicen que acabó casandose de nuevo con una cubana.
colorín colorado, éste cuento aún no se ha acabado
Niños, no tiréis piedras, o acabaréis como Bin Ladino.